¿Que hay detras de un niño manipulador?

Formas de manipulación

A veces, en un divorcio muy conflictivo, uno de los progenitores puede intentar utilizar a su hijo o hijos como peones. Puede ocurrir en cualquier disputa sobre los hijos, la casa familiar o las finanzas e intentan infligir daño al otro intentando destruir la relación de ese progenitor con sus hijos. Esto no sólo perjudica al progenitor en cuestión, sino que también es muy dañino para cualquier niño atrapado en estas batallas emocionales. Cuando el progenitor manipulador intenta alejar al niño del otro progenitor, suele denominarse alienación parental.

La recopilación de pruebas es clave en estos casos, tanto si se le acusa falsamente como si no. Así que siempre debes llevar un registro meticuloso en cuanto te embarques en lo que probablemente será un caso contencioso ante el tribunal de familia, por si acaso. Probablemente sabrá que va a ser contencioso porque sabe cómo es el otro progenitor y hasta dónde llegará para conseguir sus objetivos, porque ya lo habrá visto en otras circunstancias.

Llevar un registro tanto de las cosas buenas como de las malas es muy importante porque puede que necesites probar algo que ocurrió cuando tenías a los niños contigo, lo que hiciste, lo que te dijeron, lo que te hizo sospechar que algo iba mal y si estabas con alguien que pudiera respaldarte, como los abuelos u otros parientes o amigos. En otras palabras, puede tener pruebas que demuestren su inocencia demostrando lo que realmente ocurrió.

¿Qué hace que alguien sea un manipulador?

La gente manipula a los demás para conseguir lo que quiere. Este tipo de comportamiento puede deberse a diversas causas, como dinámicas interpersonales, características de la personalidad, una educación disfuncional, problemas de apego o determinados trastornos mentales.

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¿De qué es síntoma el comportamiento manipulador?

Aunque la mayoría de las personas manipulan de vez en cuando, un patrón crónico de manipulación puede indicar un problema de salud mental subyacente. La manipulación es especialmente común en los diagnósticos de trastornos de la personalidad, como la personalidad límite (TLP) y la personalidad narcisista (NPD).

Madre manipuladora

Por un lado, algunas formas de manipulación por parte de los hijos son inofensivas. Por ejemplo, si tu hija quiere ir a un baile un sábado por la noche y esa semana se muestra especialmente encantadora contigo, pero al mismo tiempo saca buenas notas, es digna de confianza y hace sus tareas, debería poder ir. El despliegue de encanto es dulce, apropiado e inofensivo.

Por otro lado, ese encanto puede usarse de forma inapropiada, como cuando un niño enfrenta a un progenitor con otro para conseguir lo que quiere. O cuando un niño ha demostrado previamente un comportamiento poco fiable y trata de manipular a sus padres mostrándose excesivamente dulce y complaciente para tener la oportunidad de salir el viernes por la noche.

«Una noche tuvo el mayor berrinche de su vida. Acabó tirándolo todo de su habitación, incluido el colchón. Hizo un agujero en la pared y rompió la puerta. Acabábamos de empezar El Programa de Transformación Total y sacamos el cuaderno de ejercicios y lo estábamos hojeando frenéticamente cuando vimos lo que le pasaba.»

Manipulación emocional de los padres

En la mayoría de los casos, los padres manipuladores se refieren a padres que utilizan métodos psicológicos encubiertos para controlar las actividades y el comportamiento del niño de tal forma que impiden que éste se convierta en un adulto independiente al margen de su control.

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En la vida cotidiana, todos manipulamos de alguna manera. Los niños pequeños reciben caramelos por usar el orinal, los estudiantes reciben pegatinas por levantar la mano antes de hablar en clase, etc. Utilizar la manipulación es propio de la naturaleza humana.

En los estudios, el control psicológico predice fuertemente los problemas interiorizados de los jóvenes (por ejemplo, la depresión) y, en algunos casos, los problemas exteriorizados (por ejemplo, la delincuencia), especialmente en la adolescencia y la preadolescencia 3.

Intenta hacerlo con calma. Si eres demasiado emocional, tus padres pueden asumir el papel de víctima y culparte a ti. Además, si te dejas llevar por tus emociones, te resultará muy difícil evitar trampas más manipuladoras.

Psicología de la manipulación

«Mi hijo de secundaria me chantajea emocionalmente: grita que no me preocupo por él y que quiero más a su hermano cuando le pido que deje de jugar a los videojuegos. Es más difícil que su hermano y siempre nos peleamos. Pero, sus palabras me hacen sentir tan culpable que le dejo seguir jugando».

«Mi hijo adolescente negocia conmigo sin descanso para salirse con la suya. Si me dejas ir a la fiesta esta noche», me dice, «te prometo que mañana haré todo mi trabajo». Pensé, ¿por qué no? Así que la dejo ir. Pero entonces, «¡Uy! Se olvida convenientemente de todas sus promesas».

Es esencial entender primero que es natural que los niños quieran lo que quieren e intenten conseguirlo a toda costa. También es natural que nosotros, como padres, nos sintamos frustrados y cansados y cedamos a estos comportamientos a veces, quizá más a menudo de lo que nos gustaría admitir. Los padres tenemos vidas ajetreadas y muchos factores de estrés, y no podemos aguantar más.

Comprenda que, para su hijo, encontrar formas ingeniosas de conseguir lo que quiere o de evitar lo que no quiere hacer es una manera de ejercer su influencia en un mundo dirigido por adultos. Esto no significa que tengas que ceder, pero es útil darse cuenta de que es apropiado para su desarrollo.

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